El capitalismo contemporáneo va mucho más allá de generar ganancias para los empresarios. Esto se debe a que toda organización exitosa necesita generar valor para todas las partes interesadas , incluidos proveedores, empleados y clientes. En este sentido, la agenda ESG se ha ido apoderando del mercado.
Este es el acrónimo de Environment, Social and Governance (Medio ambiente, Social y Gobernanza). Es un enfoque que mide cómo las acciones de sustentabilidad impactan en los resultados del negocio.
¿Por qué hablar de ESG?
El tema ganó protagonismo por una razón urgente: el cambio climático. Según Naciones Unidas, es necesario llegar a cero emisiones de carbono para 2050. Esta sería la única forma de frenar el calentamiento global y proteger la vida en el planeta.
Por lo tanto, la responsabilidad es colectiva. Así, las industrias deberían invertir en procesos menos contaminantes, por ejemplo.
Además de reducir las emisiones de carbono en la producción y el transporte de mercaderías, es fundamental repensar la eliminación de residuos. No tiene mucho sentido que un paquete sea reciclable y termine en un vertedero común. En consecuencia, la discusión sobre logística inversa de materiales es igualmente relevante.
Mucho más que protección del medio ambiente
De todos modos, la agenda ESG no se trata sólo de cuestiones ambientales. También implica enfrentar los problemas sociales, precisamente para que la relación entre los actores sea más armoniosa.
En este punto, las empresas se orientan a mejorar el clima organizacional. Esto es posible respetando los derechos humanos y adoptando políticas de diversidad e inclusión. De hecho, ambas estrategias colaboran no sólo para reducir la desigualdad social, sino también para fomentar un entorno más creativo, productivo e innovador .
Para lograr este impacto social positivo, por supuesto, se debe tener una buena gobernabilidad. En otras palabras: una gestión ética, transparente y responsable, para asegurar la longevidad del negocio.
Estos y otros objetivos de la agenda ESG se pueden lograr con métricas del Foro Económico Mundial . Publicados en 2020, ya han sido incorporados por cientos de organizaciones alrededor del planeta y pueden ser replicados en cualquier segmento de la economía.
ESG: cómo funciona Apple
Apple, consciente de su impacto en el mundo, se ha comprometido a neutralizar las emisiones de carbono para 2030 . Para eso, duplicó el número de proveedores comprometidos con el uso de fuentes de energía 100% renovables.
Los procesos de producción internos también han cambiado. Si usás un iPhone , tené en cuenta que el plástico de la antena es de botellas de agua reutilizadas. Y el oro de los circuitos internos y los metales de tierras raras presentes en los imanes también son 100% reciclados.
Por si eso fuera poco, los dispositivos de Apple son más económicos. Considerando números desde 2008, la reducción en el consumo promedio de energía por producto alcanza el 70%.
En otras palabras: cuando tu empresa trabaja con la línea Apple, invierte en el futuro del planeta. Y con la ventaja de disponer de la mejor tecnología para conseguir grandes resultados.
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